El misterioso asesinato de una joven rusa en Estocolmo dispara la alerta operativa de la Säpo (la Policía de Seguridad, Contraespionaje y Antiterrorismo de Suecia), que inmediatamente trata de tender una cortina de humo en torno al crimen. El oficial de Contrainteligencia de la Säpo, Stig Bohman, ha sido encargado por su gobierno de entorpecer la labor de los policías al frente del caso: el comisario Gunnar Jansson y su asistente, Anna Palmqvist. La intriga que mueve a los policías suecos es que la chica —que según los medios no era más que una prostituta de Europa del Este muerta por sobredosis— es en realidad la hija de un coronel cubano dispuesto a desertar y a vender información altamente secreta a los norteamericanos.