Muchas historias comienzan o son inspiradas de la vida real. Esta empezó un día cuando Eduardo y su hija fueron a Engeltofta, un balneario cerca de Gävle la ciudad donde vivían. Un lugar lleno de vegetación, áreas verdes, bosques, una playa pequeña y el mar.
Después de caminar explorando el lugar, llegó la hora de volver a casa para almorzar. Es ahí donde comienza esta historia. En casa, llegada la noche era nuevamente el turno de volver a hacerle un cuento antes de dormir. Entonces tuvo que improvisar una historia inconclusa que tuvo que completar con algo imaginario, una fantasía que la hiciera más atractiva para la pequeña.
¿Pero, dónde estaba el atractivo del cuento? Justo al comienzo de la historia los protagonistas eran conocidos por su hija. Estaba ella misma y su padre. Pero aparecen varios personajes del mundo animal que transforman esta historia en una sorprendente fábula.